El
tiempo pasa volando. Me parece que fue ayer que escribí mis últimas letras.
Tantas palabras que se convirtieron en silencios. Tantos silencios que
acallaron mis palabras. Y todos esos sentimientos que buscaron escape…
convertidos en sudor y lágrimas. Y suspiros.
No
sé decir si en este lapso me he hecho más fuerte o más débil. Tan solo sé que
soy una Nitos más grande; con una visión diferente de tantas cosas y más clara
de lo que quiero; aunque debo confesar que aún voy por el camino definitivo del
descubrimiento de cómo conseguirlo…
Definitivamente
no soy la misma de antaño. No solo porque se quebró el vaso que llevo dentro
para dar lugar al nuevo barro. Sino porque el tiempo no pasa en vano. El cuerpo
se desgasta y si algo me mantiene en pie, es que mi espíritu se renueva.
Gracias
a Dios por ello. También a los seres que amo, a quienes me inspiran y a quienes,
con sus manos, tejen una red de soporte cuando voy en caída libre. He vuelto. Y
no pienso volver a irme.

