viernes, 14 de mayo de 2010

Salir del closet: difícil decisión*

Era un secreto a voces, supongo. Así que la cacareada 'noticia' sobre la homosexualidad de Ricky Martin, más que tomarme por sorpresa me puso a meditar. De igual manera, creo que todos tenemos algo en el closet.

¿Nunca hiciste, pensaste sentiste o deseaste algo socialmente inapropiado y que por pudor -o temor al qué dirán- no has contado a nadie?.

Lo peor del caso es que muchas veces señalamos, criticamos, nos mofamos y hasta nos "asustamos" del pecado/error/desliz del otro. Arqueamos las cejas y ponemos la boca redondita, como de pez. Sorprendidísimos. Todo, mientras esperamos que nadie descubra nuestro secreto.

Fui bailarina exótica. Mi madre es prostituta. Mi prima es lesbiana. Mi tío está en la cárcel. Mi hermano es drogadicto. Mi padre es seropositivo. Así como éstas... no una, mil situaciones más que, de estar en nuestro poder, guardamos con sigilo.  Y que, si son descubiertas, tratamos con desdén y las minimizamos aunque nos mordamos el alma. ¿Por qué? Porque nuestro temor al rechazo es superior. Nos rebasa.

Incluso, conozco gente que oculta situaciones cuasi cotidianas en este mundo tan... 'patas arriba', como su separación marital o la bipolaridad de un hijo, por ejemplo. Quizá no porque consideren que su vida personal no está para izarse como bandera (lo cual sería totalmente comprensible), sino por considerarlo una vergüenza.

Nos cuesta salir del closet. Esa es la verdad. Se necesita valor y entereza para asumir el pasado en nuestro presente. Se requiere coraje para asumir quien se es verdaderamentere y mucho más que fuerza para romper cadenas.

Recuerdo que durante una corta pero intensa charla, un querido y buen amigo me dijo algo que me hizo reflexionar. Lo dijo sin tapujos ni dobleces, sin 'dorar la píldora'. Fue de frente nomás: "Si haces esto, te dejas gobernar por los demás". PUM. Gancho al hígado.

- Nooooo- contesté. Cuando en realidad debí responder "Síiiiiii". Porque era cierto. Al menos en lo que competía al momento en mención.

En ese entonces yo le contaba sobre unos chismes que corrían sobre mí. Mentiras que alguien escudado en el anonimato, trató de difundir. En resumidas cuentas, mi amigo me expresó: "Si dicen X o Y, ¿qué te importa? En primer lugar es gente que no te conoce, que no sabe en realidad quién eres. No son tus amigos. Y si alguien que se dice amigo les cree, entonces no merece llamarse tal".

 Viene a mi mente aquella frasecita de postal, pero no por eso menos cierta: "Amigo es aquel frente al cual soy yo mismo". Sin embargo, me pregunto una y otra vez.... ¿Cuánto de nuestro lado más oscuro les dejamos ver?.


* Escrito la noche del 5 de abril, en la cama de un hospital.

2 comentarios:

  1. Hospital ??? estabas Mal? que mala onda espero que estes mejor... y por cierto un poco complicado salir del closet para algunos ser (creo que deberia ser como un realmente es en donde se encuentre en cualkier parte del mundo)en mi caso yo se lo que es malo y bueno sera mi reesponsabilidad.. y no de lo que diran los demas. =D pero la virtud es que no todos somos iguales..

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  2. Pues creo que todos llevamos algún secretico dentro de nuestro ser. Esto no sólo se refiere a ser homosexual, sino a cualquier cosa "mala" que hayas hecho o pensando en secreto....

    Y sí, estuve hospitalizada. Estoy en recuperación. Gracias.

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Como todos en este mundo, tengo virtudes y defectos. Pero creo que lo más importante para mí, es saber ser amiga, de las que se quitan la camisa para dársela al que la necesita. Fiel a más no poder, sincera, y muy reservada. Amo la buena ortografía y me cuido de tenerla; periodista de profesión y de corazón, madre por decisión. Pero, ¿quién mejor que mis amigos para describirme? Así que esa tarea se la dejo a ellos.