viernes, 16 de mayo de 2008

Autor anónimo

Era la mañana del 2 de octubre. Año 2004. No sabría decirles a ciencia cierta la hora. En realidad creo que al final de cuentas, es un dato que no importa. La gente comenzaba a llegar nuevamente, siempre hay quien acompañe a la familia doliente.

Riiiing.... "Aló", respondió uno de mis hermanos. Al principio desconcertado y luego visiblemente impactado, durante unos segundos no supo responder a la voz masculina que al otro extremo del hilo telefónico, preguntó por "el profe".

Y es que el profe, mi padre, en ese justo momento descansaba ya en su féretro. Había muerto el día anterior y a esas alturas, faltaba muy poco para partir rumbo al cementerio. Pero, ¿quién llamaba preguntando por él?.

"Ustedes no me conocen", atinó a decir. Y, en medio de la commoción que le causó tan repentina noticia, relató que mi padre -en absoluto silencio- fue su benefactor. "Él me sacó de las calles, me puso en la escuela, me pagó los estudios. Fue como mi padre, y lo llamaba para que me acompañara a recibir mi título, pues un día de éstos es mi graduación".

No quisimos saber más. Ni siquiera su nombre. Y "la voz", supongo, comprendió que así lo preferíamos. Que lo que haga tu mano izquierda, no lo sepa la derecha. Es un precepto bíblico. Y no sé dónde lo aprendería él, pero lo cierto es que mi papi me enseñó a practicarlo. No sólo con sus palabras, sino -lo más importante- con hechos.

Nunca sabré con exactitud cuántas vidas tocó con su ejemplo. Pero sé que tocó la mía. Y a través de mí, las de mis hijos. Y en mi fuero interno, espero que también las siguientes generaciones.

Contador Público. Abogado y notario. Catedrático universitario. Lector incansable. Hombre sabio e inteligente. Agudo. Proveedor. Reservado con sus cosas, pero generoso en enseñanzas. Autor anónimo de bondades. Ese era el profe. Y más...

Mi amigo, mi maestro, mi mentor, mi confidente. Mi padre. Cierro mis ojos y veo su rostro sonriéndome con ternura. Me concentro en mis momentos de soledad y puedo escuchar sus consejos, su risa, su silencio. Le lloro. Le amo. Le extraño. Algún día nos reencontraremos, espero.

1 comentario:

  1. Que hermoso amiga!!!!

    Creo que éste era un buen momento para leer. Me siento agradecida por tener un padre que desea lo mejor para mi. Tu admiración y respeto hacia tu padre me llevó a meditar.
    Lile

    ResponderEliminar

Datos personales

Mi foto
Managua, Nicaragua
Como todos en este mundo, tengo virtudes y defectos. Pero creo que lo más importante para mí, es saber ser amiga, de las que se quitan la camisa para dársela al que la necesita. Fiel a más no poder, sincera, y muy reservada. Amo la buena ortografía y me cuido de tenerla; periodista de profesión y de corazón, madre por decisión. Pero, ¿quién mejor que mis amigos para describirme? Así que esa tarea se la dejo a ellos.